Si algo hay para dar y regalar en la vida diaria, eso deben ser malentendidos. Y es que hay una brecha bastante profunda entre el hecho de decir las cosas y el de comprenderlas, pero más aún entre el de hacerlas.
Para evitar que haya malentendidos entre tú y un redactor freelance que terminen generando discrepancias entre los contenidos que solicitaste y los que recibiste, debes tener una meta bastante clara que se te facilite comunicar y que por ende, se pueda entender como lo esperas. Los consejos que siguen te serán de utilidad en este tema.
Define tu objetivo
Cuando un redactor freelance recibe un encargo, por lo regular se define un objetivo: Atraer la atención del cliente, resaltar la ventaja competitiva del producto, orientar en la compra, explicar un método o solución, demostrar cómo proceder etc. Define este punto antes de ordenar para garantizar que lo que recibas se dirija exactamente hacia donde te interesa que lo haga.
Aclara la información especializada
Si diseñaste un nuevo producto o procedimiento específico o si manejas conceptos especializados, procura explicarlos. Es cierto que el redactor sabe investigar y tiene una amplia cultura general, pero eso no quiere decir que lo sabe todo. Proporciónale hojas de especificaciones, fichas técnicas y carpetas informativas o bien dirígelo a fuentes de tu confianza que le ayuden a crearse una idea clara sobre aquello de lo que va escribir. De verás que no le ahorrarás trabajo. Sólo estarás asegurando tu propia satisfacción.
Revisa el trabajo de tu redactor freelance periódicamente
Es importante que una vez que tu redactor comienza a escribir, vayas revisando de vez en cuando lo que publica. De esa manera podrás corregir cualquier error o modificar detalles. Para el redactor freelance es importante tener tu opinión, ya que es una guía para su trabajo. Si hay algo que modificar, pide la corrección indicando cuál es el dato correcto o el modo de redacción que prefieres. Sin duda lo arreglarán con gusto.