Los contenidos toman cada vez más importancia y para que éste sea exitoso debemos saber qué, dónde, cuándo y para qué publicar.
¿Qué debemos tener en cuenta? ¿Sobre qué contenidos voy a hablar, con qué frecuencia, dónde publicarlos, para qué…?
Es sorprendente que los contenidos tengan tan poca importancia en términos de organización y perfiles profesionales, cuando todas las marcas acaban produciéndolos. Aunque seas una start-up con pocos recursos, una de las cosas que vas a hacer seguro van a ser contenidos.
Los contenidos no se pueden improvisar; debe haber un objetivo detrás de ellos.
Antes de empezarlos, primero hay que tener claro cuál es tu marca, cuáles son realmente los perfiles del usuario y cuál es tu apuesta.
Hay que buscar el punto de equilibrio entre contenidos que interesan al usuario pero que sean suficientemente de nicho, especializados o diferenciados para que compitas con ciertas garantías de igualdad de condiciones.
Ser cauto en dónde enfocar tus esfuerzos porque al final no puedes hacer contenido sobre todo.
Una vez decidido qué tipo de contenidos quieres desarrollar, hay que producirlos, no un día o dos, sino con una frecuencia determinada y una actualización determinada.
Hay que procurar esfuerzo y ver si las palabras clave o esos contenidos realmente se están buscando en la red o son conceptos que tú vas a crear. Se debe de ser realista con eso porque si vas a apostar por un territorio concreto y no hay búsquedas sobre eso, significa que vas a tener que hacer difusión.
En función del territorio donde tú quieras explorar y del público, deberás escoger qué puntos de contacto vas a establecer.
El problema está en que la tendencia es abrir primero plataformas y luego ser incapaz de generar contenido para todos ellos. Lo mejor es abrir menos ventanas pero que realmente sean potentes y tengas capacidad para generar contenido de calidad y actualizarlos.
Posicionamiento orgánico.
Google cada vez le pone más inteligencia a los algoritmos de búsqueda y cada vez premia y posiciona mejor el contenido de calidad. Ya puede diferenciar un contenido bien o mal escrito, un contenido con faltas de ortografía o sin; posiciona mejor video que texto plano.
¿Y eso qué significa? Que Google no va a la cantidad sino que cada vez va más a la calidad.
Por lo tanto, la producción de contenido de calidad dentro del perfil de marca donde me quiero posicionar será un punto crítico cada vez más evidente en las estrategias de marketing digital.